Dulce e inofensivo León

Todos lo daban como favorito, sus jugadores eran portada en todos los diarios. Eran, definitivamente, el equipo de moda de la semana. León de Huánuco. Un equipo de provincia, chico y con grandes posibilidades para ganar el campeonato. Un equipo que de local te metía de 3 a 4 goles en promedio. Rodas, Perea, Guadalupe, etcétera. Todos héroes, todos favoritos. Ese equipo que ya comenzaba a celebrar pintándose la cabeza de rojo, ayer decepcionó. Jugó bien al inicio, pudo meter más goles pero no lo hizo. Se durmieron en sus laureles y creyeron que con un solo gol les podía alcanzar. Se olvidaron, claro está, que al frente no estaba cualquier equipo. Que el equipo que tenían al frente era dirigido por un técnico mundialista, se olvidaron que jugaban con la San Martín y terminaron empatando. Empate con sabor a derrota y que los podría dejar sin campeonato.

La gente de Huánuco llenó el estadio. El marco era increíble, emocionante. Salieron a la cancha los 22 jugadores y desde un principio fueron 11 los que manejaban el partido. El León de Huánuco comenzaba con todo y San Martín solo atinaba a mirar los ataques del equipo crema. La superioridad era clara. El León estaba más cerca del primer gol. El partido estaba lindo, parecía que ya venía el gol hasta que sucedió esto:

La bronca

Bronca y chau. Expulsión a 4 jugadores y ahora todo cambiaba. El León dejaba de rugir y perdía a su figura principal: Gustavo Rodas. Sin Rodas, parecía que todo se complicaba. Y así fue, hasta que acabe el primer tiempo no pasó nada.

Comenzó el segundo tiempo, 9 contra 9 y a jugar lento. Se dejaban espacios y las acciones de gol eran pocas. Un tiro de Zegarra de larga distancia provocó un corner que luego se convertiría en gol. Ganaba el León y todo era felicidad. Y así, el equipo huanuqueño seguía atacando, Perea se llevaba a todos, el arquero de la San Martín se volvía figura y pese a eso, no llegaba el segundo gol. El León de Huánuco disculpó, dejó de correr y se durmió. Minuto 94 y San Martín empata. Todo era desconcierto y tristeza. El estadio se silenció. La San Martín demostraba ser un equipo grande y empataba con huevos. Era gol de Alemanno, era el resultado más impopular de ese momento. Se caía el favorito, el más querido por la gente, el equipo chico con ganas de ser grande... el que celebró antes de tiempo.

Esto aún no termina. Todavía falta un partido y cualquier cosa puede pasar. Pero lo cierto es que León de Huánuco sin Rodas no es el mismo. La Rodas-dependencia les puede costar caro. Todo se verá el domingo. Hoy no hubo empate. Hoy ganó la San Martín.

Resumen del partido

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Para variar...

Seamos sinceros con nosotros mismos. Hasta hace algunos días, todos nos habíamos comido el cuento del "compromiso". Todos pensábamos que ya habíamos aprendido la lección y que nuestros seleccionados serían incapaces de cometer cualquier acto de indisciplina. Es más, ni siquiera pensábamos en eso. Pensábamos en lo bien que nos iba, en lo bien que estaban jugando algunos seleccionados y en lo bien que Markarián paraba al equipo. Pero, para variar, toda esa alegría nos duró poco. Una vez más volvimos a caer en el error de siempre: la indisciplina.

Según el diario en donde salió publicada la noticia, Reimond Manco, John Galliquio y otro jugador más, que terminó siendo Jefferson Farfán, fueron observados a las 4.30 de la madrugada en un casino de Panamá. Al parecer, luego de perder ante Panamá, estos jugadores no tuvieron mejor idea que escaparse de la concentración. ¿Discoteca o Casino? Esta vez decidieron ir al Casino. Y es que seguramente querían conocer otros lugares, pues. Ya se habrían cansado de las discotecas, los salsódromos, los hoteles... Querían romper con lo monótono. En este viajecito, tocaba pasar la madrugada en el casino.

Estaban en Panamá, era ya de madrugada y seguramente creían que nadie los iba a ver. Pero se equivocaron. Su travesura les terminó costando la convocatoria. No más Farfán, Galliquio, ni Manco. Como bien dijo Sergio Markarián "Que no jodan". No podían cometer otro acto más de indisciplina, pero tercos, volvieron a cometerlo. No fue una orgía, ni una juerga, fue simplemente faltar a lo que estaba establecido. Markarián no dio ningún permiso para que salgan y por ende, nadie debió hacerlo. Pero claro, para nuestros futbolistas las reglas no existen. Su limitado cerebro los hizo caer en lo mismo. ¿Acaso no pueden estar una noche concentrados? ¡Solo una noche, por Dios! Lleguen a Perú, sáquense el buzo de la selección y tómense todo el trago de Lima, si quieren . Pero no con el buzo de Perú. No cuando están representando a un país. No parecen futbolistas profesionales. Más parecen un grupito de chiquillos reprimidos que solamente están pensando en hacer sus travesuras a escondidas, meterse unos tragos y seguir como si nada hubiese pasado.

¿Esta es nuestra selección? ¿Con ese "compromiso" vamos a llegar a Brasil 2014? Ojalá que ya hayan sido eliminados esos malos elementos del grupo. Ojalá que no quede ni uno más. Ojalá que esto cambie de una vez por todas.

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Actos de magia

Lo que ha sucedido en el último mes después de la designación de Sergio Markarían como nuevo director técnico de la selección parece ser un hechizo, un acto de magia nunca antes visto. Todos fueron hipnotizados. Todos se olvidaron del último puesto en las eliminatorias, de los jugadores sin compromiso y hasta de Burga. Todos quedaron obnubilados ante tamaño acto de magia. ¿Pero quién fue el mago?

En este acto hay dos magos. El primero fue, obviamente, el listísimo Manuel Burga. En una decisión pensada al milímetro, Burga aprovechó la coyuntura mundialista para soltar una noticia bomba que lo ayude a perpetuarse en el poder. Aprovechó que todos hablaban de lo bien que estaban jugando los equipos sudamericanos y de la comprobada importancia que tuvieron los buenos técnicos en el mundial, para darle en la yema del gusto a los peruanos. Contrató a Markarían y con eso la gente comenzó a soñar. Que es uruguayo (cabe mencionar que Uruguay se puso de moda con su 4to puesto), que clasificó a Paraguay, que tiene experiencia, que conoce el medio peruano, que es como Bielsa, etcétera, etcétera. Medias verdades a montón. Lo cierto es que Burga hizo magia. Hizo que todos piensen igual, se ilusionen y que olviden la realidad dirigencial y futbolística de Perú.

El otro mago es el que firmó el contrato. Es el que le dijo sí a Burga y se puso el buzo de la selección: es el 'Mago' Markarián. Al aceptar la propuesta, el técnico de 65 años logró que todo el Perú se ilusione. Logró hasta que la prensa lo aplauda en la conferencia. Consiguió unidad, algo que hace mucho tiempo no había. Todos están de su lado, desde los mermeleros hasta los anti-todo. Sin duda, Markarián ha comenzado bien. Sin apenas haber entrenado o jugado un amistoso, muchos ya se ven en Brasil 2014 alentando a la blanquirroja. Está bien que la gente vuelva a confiar en su selección, pero cuidado. No olvidemos que aún no hemos ganado nada y que recién se va a armar un equipo.

Y así, este primer acto de magia parece haber acabado. Ya salió la primera convocatoria y a partir de ahora ese ya es otro espectáculo. ¿Seguirá la magia?

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Semana de alegrías

Da gusto comenzar este fin de semana. Ya es viernes y nuestro julgo peruano, tan poco acostumbrado a triunfos internacionales, nos ha regalado dos gratas sorpresas. Dos triunfazos frente a rivales bolivianos, de visita y dejándo una buena impresión. Y como si esto no fuera suficiente, este sábado comienza el campenato local. ¿Qué más podemos pedir? Volvió el fútbol y con triunfos.

Todo comenzó el miércoles. Alianza Lima, con toda su racha negativa en tierras bolivianas (no ganaba en Bolivia hace 30 años) se paraba en el Hernando Siles en busca de un triunfo. Sin duda el favorito era el Bolivar. La localía, la gente, la altura y sus jugadores de selección inclinaban la balanza a favor del equipo boliviano. Pero como el fútbol no conoce de lógicas, Alianza comenzó jugando mejor. Atacando de manera ordenada y metiéndo al rival en su arco. Prácticamente eso fue una constante. Es recién en el minuto 72 que comenzaron los goles. Fernández por partida doble y Montaño sellando la victoria con un golazo. Tres goles en la altura. Tres puntos de oro. Era el primer triunfo peruano de la semana.

Llegó el viernes y Universitario tenía la responsabilidad de demostrar su supuesta superioridad frente al humilde Blooming. No había altura y por ende no había excusas. Era el campeón peruano frente a su prueba de fuego. Las derrotas en la pretemporada debían borrarse con un triunfo en la Libertadores. Y así fue. El compadre no se quedó atrás y ganó. Ganó bien y pudo ser más contundente. Blooming no fue un rival de nivel y le permitió al equipo de Reynoso mostrar su juego vertical. Fueron dos goles y un total dominio crema. La U demostró que es un equipo solido y con la misma idea de juego del 2009. Era el segundo triunfo peruano.

Dos triunfos importantes. Se le ganó a dos equipos bolivianos jugando muy bien. Solo nos queda conformarnos sabiendo que aún somos más que Bolivia. Ah, me olvidaba. Queda claro que nuestro nivel será superior al boliviano pero no es superior al argentino. Será por eso que el Aurich perdió 5-1 contra Estudiantes. Pero olvidémonos de las mals noticias. Los compadres ganaron y punto.

Resumen del Bolivar vs. Alianza

Los goles del Blooming vs. Universitario

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Bienvenidos todos

Nuestro fútbol siempre ha tenido la necesidad de importar jugadores de afuera. Muchos de estos destacaron y hasta se nacionalizaron para defender la camiseta peruana. Pero lamentablemente muchos terminaron con el rótulo de "paquetes" al no figurar. Hoy en día, argentinos y colombianos son los que más abundan en nuestras canchas. Es más, no hay equipo peruano que no tenga a un argentino en sus filas. ¿Pero alguna vez un angoleño o un coreano jugó en el Perú? La respuesta es sí. A continuación una lista de los futbolístas con las nacionalidades más extrañas que jugaron en el Perú.

EL OTRO BENJY
Pese a ser un tipo tranquilo, Benjy solo recuerda del Perú las bombas. En 1991 Benjamín Nzeakor la pasaba lindo en Río de Janeiro, donde jugaba poco en el América, hasta que le ofrecieron jugar en Lima. Y no en cualquier Lima sino en la ciudad bombardeada por los terroristas. El pase del nigeriano al fútbol peruano se hizo rápido: Julinho lo llamó, en Municipal lo probaron y listo. Benjy se convirtió en el primer africano en jugar en el Perú. Hizo goles (5) y siempre salía sonriendo en las fotos. Cuando dejó el departamento que le alquiló la directiva en Miraflores se dio cuenta del hermoso legado que le había dejado a nuestro balompié: cuatro meses de deuda de alquiler, dos por concepto de sueldo y una lesión en la rodilla que casi lo alejó del fútbol. Hoy es agente FIFA y a veces chatea con su pata Julinho.

EL VENEZOLANO ELLIE
Alianza 1973 no era necesariamente una potencia. Se había terminado el “boom” México 70 y sus principales jugadores jugaban fuera (de hecho Cubillas, el fenómeno íntimo, ya estaba en el FC Basel suizo). Esa puede ser la única explicación para que el presidente Luis Vargas Horne aceptara la llegada de José Freddy Ellie Arlet, el primer futbolista venezolano en la historia del fútbol nacional. “Era un back grandote y serio que las ganaba todas por arriba”, dice Mario Fernández, el periodista más experimentado en la redacción de DT. Su selección era la “Cenicienta”, seguro, pero Ellie era como el príncipe del cuento: fue capitán para México 70 y ostenta el récord de más participaciones en Copa Libertadores: 48. Lo de Freddy no era una pesadilla.

LA MAGIA DE JORDAN
Vivía en Canadá cuando alguien le consiguió una prueba en el fútbol peruano. En esa época no sabía si era delantero o defensa central: era solo un buen hombre al que le gustaba el fútbol y tenía todas las intenciones de ganarse la vida honradamente. Jordan Petrov había nacido en Bulgaria y era un flaco alto de potente disparo que se probó en Cristal, luego en la “U” pero se quedó en el Alianza de Amaral. En un equipo de morenos criollos (los Valencia, Basombrío, Rosinaldo), Petrov era el blanco sobre el que giraban las bromas. El que más lo vacilaba era —créalo— un chibolazo Juan Reynoso. “Viene a mi casa para seguir hablando. Es un buen amigo”, le dijo Petrov a El Comercio ese año. Hizo goles pero no se quedó. Lo último que se supo de él es que trabajaba de “dealer” en un casino en Lima.

EL PRIMER JAPONÉS
El Rímac siempre fue una sucursal del imperio del Sol Naciente: en 1983 el japonés Osani Taninaka llegó a Cristal, dijeron que era delantero centro pero jugó muy poco, casi nada. Una temporada después, aterrizó otro nipón en La Florida. Se llamaba Kohisi Kobayashi, que jugó menos incluso. La gente de Cristal casi no los recuerda y encontrar una fotografía de ambos es casi imposible. Ambos fueron los primeros jugadores asiáticos en jugar en el fútbol peruano. Después llegaron a Cristal Masakatsu Sawa, que hoy veranea en Miraflores según testimonio de un periodista de DT y Watari Takashi, un hombre bendecido que se dio el lujo de formar parte del plantel de Boca y alternar unos minutos en el homenaje a Maradona en Lima, en el 2005. Sí, cerquita a “D10S”.

Otros casos

- Kanga “Nzenza (Aurich-Cañaña, 1996, zaireño)

- Hugo Lopes da Silva Soares (Pesquero, 1998, angoleño)

- Emeka Ezeugo (Wanka y Estudiantes, 2001, nigeriano)

- Dolmo Flores (“U” 1994, hondureño)

- Ryu Seng Ryoung (Villa del Mar 2002, coreano)

- Prince Amoako (SC 1996-1997, ghanés)

Prince Amoako en el Muni

Texto de Miguel Villegas (El Comercio)

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