Aceptémoslo. La victoria ante Uruguay infló la ilusión en los peruanos. Todos pensabamos que aunque sea era posible un empate. Y hasta el final del primer tiempo todo iba bien. Nuestras expectativas se cumplían. Empatabamos y todos felices. Pero luego volvimos a nuestra realidad. Volvimos a ser un equipo débil en defensa y sin peso en ataque y eso si que nos pasó factura. Nos llegaban con una facilidad propia de lo que somos: el peor equipo de sudamérica.
Y nos llegaron, llegaron y llegaron. A nuestra defensa la hicieron trabajar como nunca y la inducieron al error. Digamos que ya estamos acosumbrados a sus errores, pero esta vez fueron más notorios. Lentitud, displicencia y los ya conocidos problemas técnicos (no saber parar una pelota ni dar un buen pase). La suerte estaba hechada. Perú no aguantaría más ese heroíco empate. Y así fue. Llegó el segundo gol y a medida que el partido se iba haciendo más abierto llegó el tercero. Una cuasi goleada.

En fin, si bien habíamos recuperado la poca confianza en nuestra selección y auguriábamos buenos resultados, el partido de ayer fue una muestra más de lo gitano que es nuestro fútbol. Un día se le gana a Uruguay y días después se pierde, y mal, contra Venezuela. Solo nos queda pensar en no quedar últimos y quién sabe en aguarle la fiesta a Argentina. ¿O estoy siendo muy positivo? Con tal, con Perú nadie sabe... ni Chemo.
Los goles con musiquita de fondo venezolana
2 comentarios:
Y si allá no saben que les pasa, a nosotros menos que menos... por favor, llegar a esto, estar tan hasta las bolas, ni se me había cruzado por la cabeza!
Aca algunos periodistas, no se si por emoción o por el simple hecho de dar información, dicen que Perú "muchas veces le ha aguado la fiesta a Argentina y en su cancha".
Que no suene positivo, pero con lo mal que está jugando Argentina y lo poco o nada de técnico que tienen en banca, Perú podría meterse atrás y sacar un empate.
En fin, creo que Chemo igualó a Maradona: los dos son muy malos directores técnicos.
Saludos
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