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Nuestro fútbol siempre ha tenido la necesidad de importar jugadores de afuera. Muchos de estos destacaron y hasta se nacionalizaron para defender la camiseta peruana. Pero lamentablemente muchos terminaron con el rótulo de "paquetes" al no figurar. Hoy en día, argentinos y colombianos son los que más abundan en nuestras canchas. Es más, no hay equipo peruano que no tenga a un argentino en sus filas. ¿Pero alguna vez un angoleño o un coreano jugó en el Perú? La respuesta es sí. A continuación una lista de los futbolístas con las nacionalidades más extrañas que jugaron en el Perú.

EL OTRO BENJY
Pese a ser un tipo tranquilo, Benjy solo recuerda del Perú las bombas. En 1991 Benjamín Nzeakor la pasaba lindo en Río de Janeiro, donde jugaba poco en el América, hasta que le ofrecieron jugar en Lima. Y no en cualquier Lima sino en la ciudad bombardeada por los terroristas. El pase del nigeriano al fútbol peruano se hizo rápido: Julinho lo llamó, en Municipal lo probaron y listo. Benjy se convirtió en el primer africano en jugar en el Perú. Hizo goles (5) y siempre salía sonriendo en las fotos. Cuando dejó el departamento que le alquiló la directiva en Miraflores se dio cuenta del hermoso legado que le había dejado a nuestro balompié: cuatro meses de deuda de alquiler, dos por concepto de sueldo y una lesión en la rodilla que casi lo alejó del fútbol. Hoy es agente FIFA y a veces chatea con su pata Julinho.

EL VENEZOLANO ELLIE
Alianza 1973 no era necesariamente una potencia. Se había terminado el “boom” México 70 y sus principales jugadores jugaban fuera (de hecho Cubillas, el fenómeno íntimo, ya estaba en el FC Basel suizo). Esa puede ser la única explicación para que el presidente Luis Vargas Horne aceptara la llegada de José Freddy Ellie Arlet, el primer futbolista venezolano en la historia del fútbol nacional. “Era un back grandote y serio que las ganaba todas por arriba”, dice Mario Fernández, el periodista más experimentado en la redacción de DT. Su selección era la “Cenicienta”, seguro, pero Ellie era como el príncipe del cuento: fue capitán para México 70 y ostenta el récord de más participaciones en Copa Libertadores: 48. Lo de Freddy no era una pesadilla.

LA MAGIA DE JORDAN
Vivía en Canadá cuando alguien le consiguió una prueba en el fútbol peruano. En esa época no sabía si era delantero o defensa central: era solo un buen hombre al que le gustaba el fútbol y tenía todas las intenciones de ganarse la vida honradamente. Jordan Petrov había nacido en Bulgaria y era un flaco alto de potente disparo que se probó en Cristal, luego en la “U” pero se quedó en el Alianza de Amaral. En un equipo de morenos criollos (los Valencia, Basombrío, Rosinaldo), Petrov era el blanco sobre el que giraban las bromas. El que más lo vacilaba era —créalo— un chibolazo Juan Reynoso. “Viene a mi casa para seguir hablando. Es un buen amigo”, le dijo Petrov a El Comercio ese año. Hizo goles pero no se quedó. Lo último que se supo de él es que trabajaba de “dealer” en un casino en Lima.

EL PRIMER JAPONÉS
El Rímac siempre fue una sucursal del imperio del Sol Naciente: en 1983 el japonés Osani Taninaka llegó a Cristal, dijeron que era delantero centro pero jugó muy poco, casi nada. Una temporada después, aterrizó otro nipón en La Florida. Se llamaba Kohisi Kobayashi, que jugó menos incluso. La gente de Cristal casi no los recuerda y encontrar una fotografía de ambos es casi imposible. Ambos fueron los primeros jugadores asiáticos en jugar en el fútbol peruano. Después llegaron a Cristal Masakatsu Sawa, que hoy veranea en Miraflores según testimonio de un periodista de DT y Watari Takashi, un hombre bendecido que se dio el lujo de formar parte del plantel de Boca y alternar unos minutos en el homenaje a Maradona en Lima, en el 2005. Sí, cerquita a “D10S”.

Otros casos

- Kanga “Nzenza (Aurich-Cañaña, 1996, zaireño)

- Hugo Lopes da Silva Soares (Pesquero, 1998, angoleño)

- Emeka Ezeugo (Wanka y Estudiantes, 2001, nigeriano)

- Dolmo Flores (“U” 1994, hondureño)

- Ryu Seng Ryoung (Villa del Mar 2002, coreano)

- Prince Amoako (SC 1996-1997, ghanés)

Prince Amoako en el Muni

Texto de Miguel Villegas (El Comercio)

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