No. No se equivoque, el de la portada no es Pedro Mamanchura. El Julgo Peruano no entrará en la Abencia-manía. El señor, si es que se le puede llamar señor, que aparece en la portada es Javier Flórez, el lateral del Atlético Junior de Barranquilla que se hizo famoso hace unos días por asesinar de dos balazos a un hincha. Sí, aunque parezca increíble, de la noche a la mañana este colombiano pasó de estar en las páginas deportivas a las páginas policiales.
Días después de haber perdido el campeonato ante el Once Caldas, Javier Flórez se dirigía en su carro por el barrio de Los Robles de la Soledad. Todo iba bien hasta que un grupo de personas que bebían cerveza comenzaron a increparlo por su mala actuación en la final. Flórez aguantó las primeras "críticas", pero luego de dar varias vueltas por el mismo lugar volvió enardecido. Bajó de carro, sacó un revólver y disparó. La víctima, Israel Cantillo Escamilla, un electricista de 24 años no pudo escapar. Dos balazos y su vida se extinguía. Los vecinos trataron de defenderlo y emprendieron contra el carro del asesino. Luego trasladaron al herido al hospital más cercano donde finalmente murió. Triste historia la del hincha. Ese mismo jugador al que alguna vez alentó esta vez se encargó de matarlo. Si antes sus gritos eran para alentarlo, hoy sus gritos eran de dolor y se convirtieron en gemidos. En sus últimos gemidos. Lo que puede ocasionar el fútbol...
Reclamos de los hinchas
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El fútbol peruano es distinto al de todos. Es folklórico, algo amateur, impredecible, a veces incompetente. Nuestros dirigentes son poco menos que una bolsa de basura, nuestros equipos profesionales sufren de crisis económicas y hasta deportivas y para colmo de males no tenemos logros internacionales. Pero entonces, ¿por qué somos un país tan fútbolero? ¿por qué seguimos tanto a un deporte que tan poco nos ha dado? ¿es acaso masoquismo puro? La respuesta es difícil. Y es que aquí no hay nada de lógica. Esto es fútbol y por ende es pasión. Nuestro fútbol nos podrá tratar mal, pero siempre estaremos ahí. Al lado de nuestra selección y del equipo del cual somos hinchas. Esto es nuestro Julgo Peruano. Es nuestro mal necesario y del cual nunca nos curaremos porque no podemos dejar de respirar fútbol.
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