Por cosas como las que pasan ayer, el fútbol es un deporte hermoso. Alianza practicamente ya había perdido. No tenía argumentos futbolísticos, los jugadores no ponían ganas, y para colmo de males, no recibía el apoyo de su hinchada, ya que aquellos mal llamados "hinchas" abandonaban el estadio antes que acabe el partido. Es bajo este panorama que Sporting Cristal cometió una pavada: se sintió ganador antes que acabe el partido. Y como para que les sigan diciendo pavos por el resto de su existencia, Alianza puso corazón y le volteó el partido en dos minutos.
Corría el minuto 80 y entraba un delantero más. El de ahora era Aguirre y quería su oportunidad y no la desaprovechó. Metió, insistió y logró lo que nadie esperaba: meter un gol al minuto 85'. Aguirre se acordó de sus buenos tiempos, esquivó a Prado y le pegó en una: golazo de larga distancia. La gente no lo podía creer. Alianza había jugado horroroso y pese a eso lograba un empate. Los hinchas ya se podían ir tranquilos... pero no contento. Para irse de Matute felices había que ganar y de eso se encargó el Lobo Juan Diego Gonzales Vigil. Habían pasado dos minutitos después del gol y la gente aún no se dejaba de abrazar, entonces, Velasquez manda un pase largo que parecía no llevar ningún peligro, pero un Lobo estaba merodeando el área. El Lobo siguió la jugada, puso el cuerpo, se tiro al suelo y de una manera nada estética logra puntear la pelota y adentro. Gol de Alianza y la gente no lo podía creer, su equipo había volteado el partido en dos minutos. Había puesto aquél sello caracteristico de su clásico rival: huevos. Matute era una fiesta.
Con Matute saltando de alegría y los jugadores abrazándose en la cancha, acababa la fecha. Alianza había ganado de manera increíble, se había puesto segundo en la tabla y había demostrado que sí tienen corazón y corazón para ganar.
Lo
Corría el minuto 80 y entraba un delantero más. El de ahora era Aguirre y quería su oportunidad y no la desaprovechó. Metió, insistió y logró lo que nadie esperaba: meter un gol al minuto 85'. Aguirre se acordó de sus buenos tiempos, esquivó a Prado y le pegó en una: golazo de larga distancia. La gente no lo podía creer. Alianza había jugado horroroso y pese a eso lograba un empate. Los hinchas ya se podían ir tranquilos... pero no contento. Para irse de Matute felices había que ganar y de eso se encargó el Lobo Juan Diego Gonzales Vigil. Habían pasado dos minutitos después del gol y la gente aún no se dejaba de abrazar, entonces, Velasquez manda un pase largo que parecía no llevar ningún peligro, pero un Lobo estaba merodeando el área. El Lobo siguió la jugada, puso el cuerpo, se tiro al suelo y de una manera nada estética logra puntear la pelota y adentro. Gol de Alianza y la gente no lo podía creer, su equipo había volteado el partido en dos minutos. Había puesto aquél sello caracteristico de su clásico rival: huevos. Matute era una fiesta.
Con Matute saltando de alegría y los jugadores abrazándose en la cancha, acababa la fecha. Alianza había ganado de manera increíble, se había puesto segundo en la tabla y había demostrado que sí tienen corazón y corazón para ganar.
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